Don Pablo...
En su primer libro: "Crepusculario", hay un poema que todo
el mundo recuerda...
pero
que a Ud.no le gusta mucho...
¡Mi
primer libro!
Yo siempre he sostenido que la tarea
del escritor no es misteriosa ni
trágica, sino que, por lo menos la del poeta, es una tarea personal,
de
beneficio público.
Lo más parecido a la poesía es un pan
o un plato de cerámica, o una madera
tiérnamente labrada, aunque sea por torpes manos...
Uno de mis versos pareció desprenderse
de aquel libro infantil y hacer su
propio camino: es el Farewell, que hasta ahora se sabe de memoria
mucha
gente por donde voy...
Desde el fondo de tí, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira,
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas...
En el sitio más inesperado me lo recitaban
de memoria, o me pedían que yo
lo hiciera. Aunque mucho me molestara, apenas presentado en
una reunión, alguna muchacha comenzaba a elevar su voz con aquellos
versos
obsesionantes y,
a veces, ministros de estado
me recibían cuadrándose militarmente delante de mí y espetándome la
primera
estrofa.