P.N.

por Tomás Lago

Estaba completamente solo abrazado a una mujer distinta mi amigo querido joven poeta Pablo que tiene entre las manos torturando insectos enloquecidos y el agrio sol le da en la cara pasen los días con premura entre la lumbre de sus hilos decid que él acuñaba los crepúsculos pero la noche siempre la noche el sueño que lo tapaba venían subiendo a  ponerse a su lado porque es el partidario de la hora nocturna huésped de su oscura cifra en ella sus ojos encubiertos acrecientan el duelo de la tempestad en ella su alma lineal su corazón sanguinario no es el verano de cuerpos redondos que participa en su llave de luto sino la vid de las grandes uvas perezosas desgranadas rodando con pesadez dentro de ese corazón desterrado apoyado en la mesa entre todos solitario entre los solitarios se dice adiós a sí mismo o balancea sus grandes pasos muy ligero detrás de la línea férrea sentado allí en el límite delirante que requieren las amplias hogueras nupciales para conmover su polen reúne el color que pinta su insignia mientras un triángulo lívido le asoma a los ojos de loza cuyas agujas sin embargo flotan profundamente tranquilas es astuto como un zorro yo lo quiero libremente como si se hubiese muerto o debajo de un alrededor verde deposito su frente cautelosa compañero mío, hermano mío, dueño del oro puro que rige a las larvas del sol de grandes artejos o la venganza su perfil de justiciero también caído como un relámpago en una lágrima si el aire se separa en torno  de su flor victoriosa que a grandes golpes de aroma derriba el silencio donde predicar la guerra.

en: Pablo Neruda y Tomás Lago. Anillos, Nascimento, Santiago de Chile, 1926.


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