Correspondencia
Durante "Residencia en la Tierra"
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Rangoon,
11 de mayo de 1928.
Señor
H. I. Eandi
Querido
amigo: Quiero salir ahora de un estado de espíritu verdaderamente
miserable escribiéndole en contestación a su valiosa y noble
carta que he leído tantas veces con mucho placer. A medida que
he ido viviendo he hecho más y más difícil mi trabajo literario,
he ido rechazando y enterrando cosas que me eran bien queridas,
de tal manera que me lo paso en preocupaciones pobres, en pensamientos
escasos, influenciado por esas súbitas salidas, cuyo contenido
voy reemplazando muy lentamente. Pensaba en su carta, en su
significación tan amigable y tan digna, y me he sentido desvalido,
cruelmente incapaz.
A
veces por largo tiempo estoy así tan vacío, sin poder expresar
nada ni verificar nada en mi interior, y una violenta disposición
poética que no deja de existir en mí, me va dando cada
vez una vía más inaccesible, de modo que gran parte de mi labor
se cumple con sufrimiento, por la necesidad de ocupar un dominio
un poco remoto con una fuerza seguramente demasiado débil. No
le hablo de duda o de pensamientos desorientados, no, sino de
una aspiración que no se satisface, de una conciencia exasperada.
Mis libros son ese hacinamiento de ansiedades sin salida. Usted,
Eandi, al preocuparse de mí con tanta inteligencia se acerca
a mí más allá de la significación literaria, me toca usted en
lo más profundo y personal. Tengo que abrazarlo, Eandi, debo
agradecerle mucho.
[P.
N.]
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Rangoon,
8 de setiembre, 1928.
Eandi,
querido amigo: las fechas de estas cartas quieren decir para
mi largo tiempo de horrorosa, solitaria e inerte vida. Qué hacer?
Hallé su carta después de un largo viaje por Extremo Oriente,
y lo juzgué a usted de nuevo inteligente y sensible en grado
extremo, y su carta la única digna de contestar, y su amistad
un privilegio. Así como con viejos amigos se hace, cada día
he postergado mi obligación de escribirle pensando en esto como
en un trabajo, en que por deber, hay que mostrar lo más profundo,
el lado más legítimo, el más difícil de sacar afuera. Pero,
verdaderamente, no se halla usted rodeado de destrucciones,
de muertes, de cosas aniquiladas? En su trabajo, no se siente
obstruido por dificultades e imposibilidades? Verdad que sí?
Bueno, yo he decidido formar mi fuerza en este peligro, sacar
provecho de esta lucha, utilizar estas debilidades. Sí, ese
momento depresivo, funesto para muchos, es una noble materia
para mí. Y esa adhesión literaria de su parte que conocí hace
tiempo, y tan finalmente comprensiva, se refiere a lo interior
de mi existencia, y me presta una incomparable ayuda.
Esto
estaba diciéndole en mi carta inconclusa, y casi estoy satisfecho
de esta larga interrupción. He completado casi un libro de versos:
Residencia en la tierra, y ya verá usted cómo consigo
aislar mi expresión, haciéndola vacilar constantemente entre
peligros, y con qué sustancia sólida y uniforme hago aparecer
insistentemente una misma fuerza. Quiere usted leer estas cosas
que le acompaño? Resígnese, y sea una vez más mi auditorio ideal,
y dígame sus reparos o el grado de su estimación. Eandi, si
usted quiere publique alguna de estas historias por ahí donde
mejor le parezca. Pero van en condición de ser estrictamente
cambiadas por trabajos suyos, que le pedía en mi primera carta,
que aún no me envía usted. No hallará usted sobre la tierra
mayor atención para sus resultados, ni mejor voluntad de comprensión.
Ahora con qué pagarle el Segundo Sombra que me
mandó? Lo leí con sed y como si hubiese podido tenderme otra
vez sobre los campos de trébol de mi país escuchando
a mi abuelo y a mis tíos. Verdad que es algo grandioso y natural,
algo conmovedor? Olor a extensión, a caballos, a vidas humanas,
repetidos de una manera tan directa, comunicados tan completamente.
Yo quiero pagarle este libro y le mando aquí esta fotografía
del extraño Budha hambriento, después de aquellos inútiles seis
años de privación. Yo vivo rodeado de miles o millones de retratos
de Gautama en marfil, alabastro, maderas; se acumulan en cada
pagoda, pero ninguno me conmueve como la de este delgado arrepentido.
La otra la compré en Cambodge, y son tres de aquellas bailarinas
maravillosas.
Ya
nos veremos alguna vez, Eandi; no sé, pero quisiera ir a vivir
a España .Mi existencia aquí es inhumana, imposible. Algún diario
de Buenos Aires me pagaría correspondencias? Necesito de esto
malamente, el diario de Chile que me contrató no fue capaz de
cumplir, son una tropa de perros.
[1]
Compañero,
mi amigo: escríbame largamente, no tengo cartas de nadie. No
deseo libros, sólo leo viejos libracos, pero quisiera revistas,
periódicos. También Martín Fierro [2] , si vive.
No
me olvido de abrazarlo al final de esta carta y a lo largo de
la vida.
Pablo
Neruda.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
S.
S. “Merkara”
Bengala
Bay
16
de enero, 1928 [3]
Amigo
mío Eandi:
Tengo
que decirle, huyo de Birmania y espero que sea para siempre.
No voy muy lejos: Ceylán, distante para usted, para mí la misma
latitud, el mismo clima, la misma suerte. Ahora, dentro
de tres horas llegará un barco a Colombo. Vengo de Calcutta,
dos meses de vida. Ahora, preparémonos al horror de estas colonias
de abandono, tomemos el primer whisky and soda o chota pegg
a su honor de buen amigo, Eandi. Beber con ferocidad, el calor,
las fiebres. Enfermos y alcohólicos por todas partes. En la
cabina de al lado, fiebre y Delirium T ... Tres alias de Assain.
Hay que verle los ojos aI pobre joven gringc’, y quiere tirarse
al mar cada cinco minutos. “Les ferumes soignent ces horribles
malades de retour des pays chauds ».
[4]
Esta
es para agradecerle dos paquetes de periódicos que recibí en
Calcutta. Dios se lo pague, y también la carta que me promete.
Que venga esa carta, qué bien sitúa usted cada palabra! A mí
me roe el sueño, la fatiga, el calor. No hago más cartas, no
más versos, tengo humo en el corazón. Y veo tanto trabajo por
ese lado, tantas batallas, para qué? En los periódicos que me
manda, tanto agitarse, tanta vida, pero pocas alturas, y hacen
falta los tonos sobrehumanos, algunos coros solemnes y desinteresados.
Verdad? Yo no hallo cosas en mi vida a mi alrededor tan completamente
puras como para invitarme. Y en escoger siento que se va el
tiempo. Horrores.
Ha
publicado usted, ha hecho un nuevo libro? Esa cosa nueva suya
que me mencionaba, hace tiempo, ha venido a fin? Será su bondad
como para mandármela? En qué caminos anda usted? Espero estar
tranquilo, sano y contento en Ceylán, y así poder hacer
algo, y enviarle lo que más valga. Cómo le gustaría esa serie
que ya le, mandé? Son cosas intermitentes, pero guardan algún
temblor, espero creer que tienen algo sagrado.
Voy
arriba, al puente, a mirar la costa de la isla, por cuya orilla
vamos. Mi amigo Álvaro Hinojosa [5] , chileno, escritor, le va a poner algunas
líneas. Por qué no viene por estas tierras, Eandi? Habrá un
rincón en el bungalow para usted y el arroz no escasea. Los
barcos “weirbank”, etc., vienen directamente de Buenos Aires.
A ver si algún día se le abraza en persona, y come y duerme
en estos paraísos, y escribe en estos infiernos.
En
cada uno de estos días lo
abrazo, mi amigo,
Pablo
Neruda
La
dirección es ahora P.N., Consul for Chile, Colombo, Ceylán,
India.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Colombo,
24 de abril, 1929, Ceylán.
Gran
compañero, amigo Eandi, cada día sueño con escribirle, con escribirle
largas cartas con gran ternura, con gran ansiedad y verdad,
paisajes y tristezas, que bien me sé que su gran corazón abarca
esas dos latitudes, y escribirle como un refugio para no condenarme
por completo. Sentir que usted me recuerda, me piensa, en este
fantasma por completo ausente, por completo lejano, ya pariente
de la nada. Le iré escribiendo hoy día, y bebiendo, a medida;
de qué otra manera llenar este inmedible vacío de distancia
e intimidad? Mañana corregiré esta carta cuya puntuación y ortografía
irán desapareciendo más y más, siento que se llenará de alcohol
y de pensamientos confusos como en una verdadera compañía. Amigo
mío, amigo mío, venero su nombre, su vida, su sombra, su delicadeza
incomparable, su noble solicitud. Me gustan las cartas suyas,
hechas con gran vocabulario, con una ciencia de dignidad lingüística
que me asombra, y una seguridad emotiva, un dominio de los sentimientos
como ya es imposible poseer. Me gusta usted refiriendo cosas
directas y explicitas, hallo acierto y asombro en su manera
de ver lo transitorio. Es decir que su lenguaje me parece dinámico,
moviente, atmosférico, bien adecuado a definir circunstancias
y a dirimir situaciones que a definir o experimentar.
Tengo
miedo, a veces, de que en mis cartas no haya tanta nobleza como
para sostener su respuesta. Me he criado inválido de expresión
comunicable, me he rodeado de una cierta atmósfera secreta,
y sufro una verdadera angustia por decir algo, aun solo conmigo
mismo, como que ninguna palabra me representara, y sufriendo
enormemente por ello. Hallo banales todas mis frases, desprovistas
de mí propio ser.
Bueno,
desearía abrazarlo más bien, en esta gran desierta hora, y que
tomáramos juntos este terrible whisky tropical.
Estoy
solo; cada diez minutos viene mi sirviente, Ratnaigh, viene
cada diez minutos a llenar mi vaso. Me siento intranquilo, desterrado,
moribundo. Cuántas novelas objetivas o inciertas haría usted,
Eandi, con estas palabras, si las sintiera en esta parte del
planeta. Tal vez.
Yo
lo convido. VENGA. Le be hablado de Wellawatta, el barrio en
que vivo? Mar y palmeras, aguas, hojas. El mar me rodea violentamente,
sin dejar nada a mi alrededor. Mi más próximo vecino cingalés [6] hace danzar en este instante (Mr.
Fernando) la Devil Dance, y los largos, angustiosos gritos,
esta música infernal de cada noche, espero que han de influenciar
esta carta con un sentido sobrenatural. El canto es prolongado,
en cada frase (conoce, Eandi, el cante jondo o flamenco, así
es), de una monotonía tiránica, y un ritmo en anillos, sin fin.
La señora está enferma, parece, y cada atardecer me golpea esta
cadencia mortal. Es igual a la muerte.
Eandi,
nadie hay más solo que yo. Recojo perros de la calle, para acompañarme,
pero luego se van, los malignos. Buenos Aires, no es este el
nombre del paraíso? Recuerdo un muchacho largo y de negro que
allí conocí, Xul Solar
[7] , querrá usted saludarlo e invitarlo a estos
destierros? Me acuerdo, tenía un corazón por completo metafísico,
una presencia preocupada.
De
manera que siento preocupación por lo que allí podría hacer
yo, pasear en esa avenida de Mayo que entreví como en sueño,
leer frescos esos grandes periódicos que veo gracias a su bondad
y que causan el frenesí de mis amigos orientales.
Se
acuerda de esas novelas de José Conrads [8] en que salen extraños seres de
destierro, exterminados, sin compensación posible? A veces me
siento como ellos, solamente que; este solamente que es tan
largo, yo siento algunas virtudes en esta vida.
Borges,
que usted me menciona, me parece más preocupado de problemas
de la cultura y de la sociedad, que no me seducen, que no son
humanos. A mí me gustan los grandes vinos, el amor, los sufrimientos,
y los libros como consuelo a la inevitable soledad. Tengo hasta
cierto desprecio por la cultura, como interpretación de las
cosas, me parece mejor un conocimiento sin antecedentes, una
absorción física del mundo, a pesar y en contra de nosotros.
La historia, los problemas “del conocimiento”, como los llaman,
me parecen despojados de dimensión. Cuántos de ellos llenarían
el vacío? Cada vez veo menos ideas en torno mío, y más cuerpos,
sol y sudor. Estoy fatigado.
Hace
dos días interrumpí esta carta, me caía, lleno de alcoholes.
Tiene usted una carta que hace tiempo le envié desde Ceylán?
Mi compañero de tantas leguas, me ha dejado; Álvaro Hinojosa
está en Bombay. Estoy, pues, solo. Le habré ya hablado de mi
casa al borde del agua, de mi vida entre las palmeras? Aquí
supe de su casamiento, que quiero saber feliz por entero y por
eterno. Hay algún nuevo Eandi por la tierra? Bautizarlo con
agua del mar.
My
English is perfect, as you may tell by the faultlessness of
this sentence.
(Esta
frase es de Boyd [9] , un amigo inglés de aquí, con notable inteligencia
y cierto conocimiento de las almas.)
He
leído esa revista [10] hecha con gusto tan perverso, en la que sólo
su nombre es capaz de contener fascinación; las ilustraciones
son siniestras; sin embargo sentí revivir la sensación olvidada
de leer mis historias, y amo particularmente ese monólogo patético,
parte de esta vida sin nombre.
Me
parecen sus dos trabajos, que he leído muchas veces, tan bien
desligados del mundo como oraciones, son la misma materia y
objeto de mis deseos, aunque con tanta más transparencia y sonidos.
Toda esa sonata marina que usted me envía, es como un piano,
con tanta nota delgada y fría y tanto oscuro y ansioso
paralelo, naciendo al pie o en el centro de cierta inmovilidad
espectacular.
Lo
veo a usted equipado de salud y poderes naturales, a través
de sus palabras y más aún, enérgico y físico, capaz de una muy
grande precisión y seguridad de letras, sílabas, palabras y
libros. Que ese coro le acompañe, Eandi, que ordenen “trágicamente”
sus fuerzas, hasta hacerlas realizar por completo.
Yo
simplemente caigo; no tengo ni deseos ni proyecto nada;
existo cada día un poco menos. Qué gran alegría de soldado en
el frente o niño en los pensionados, sus paquetes de diarios,
que usted con su gran corazón, me envía, Eandi. Entonces me
tiendo sobre la estera, y desaparecen el mar y los
cocoteros y la gran Isla, y mi perpetuo aburrimiento, y solo
siento el gran olor de la tinta de imprenta, el deseo de las
ciudades.
Si
halla por allí copias de La Gaceta Literaria
[11] o del Martín Fierro, me alegraría ver de
nuevo; me gusta saber de mis semejantes.
Pensaba
ayer mismo que ya es tiempo de publicar mi largo tiempo detenido
libro de versos. Quiere que se lo envíe?
Se
llama Residencia en la tierra, y ya
usted conoce parte de él. Son unas pocas hojas. Yo hubiera querido
publicarlo en España, pero tendría que ir a Europa, cosa que
veo lejana. En Chile tengo editor que me paga, y cuida mucho
mis ediciones, pero no quiero.
Es
un montón de versos de gran monotonía, casi rituales, con misterio
y dolores como los hacían los viejos poetas. Es algo muy uniforme,
como una sola cosa comenzada y recomenzada, como eternamente
ensayada sin éxito.
Haré
una copia en estos días que le despacharé, más para que lea
y ante esas debilidades, que para que Se complique la vida en
busca de impresor.
Toda
la felicidad para Ustedes Dos, para Ustedes Cuántos? Para Ustedes
Todos, mi amigo, mi decidido cariño
Neruda
Espero
nuevas cosas de usted, especialmente quisiera un relato.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Ceilán
Wellawatta
octubre
5 1929.
Eandi,
querido amigo, ya estoy tranquilo y puedo escribirle pacientemente.
A raíz de su telegrama perdí toda compostura mental, me iba
oh Dios, su cable me latía en la cabeza de día y de noche.
Ya
he perdido la mayoría de las esperanzas, y puedo decirle cuánto
y cuánto me conmueve su amistad magnifica, y cómo me siento
pobre, desamparado y miserable ante ella. Lo miro a usted, Eandi,
desde estas distancias, con más que admiración y devoción, con
inquietud, es en verdad usted así desmedido, o es que me he
vuelto repentinamente débil, sin fuerzas siquiera en el corazón?
Debo
explicarle mi primer cable. Los cónsules de mi categoría —cónsules
de elección u honorarios— tenemos un miserable sueldo, el más
reducido de todo el personal. La falta de dinero me ha hecho
sufrir inmensamente hasta ahora, y aún en este momento vivo
lleno de innobles conflictos. Tengo 166 dólares americanos por
mes, por aquí este es el sueldo de un tercer dependiente de
botica. Y aún peor este sueldo depende de las entradas que se
reúnan en el Consulado, es decir que si no hay en un
mes dado exportaciones a Chile no hay tampoco sueldo para mí.
Es en verdad tan penoso y humillante todo eso: en Birmania a
veces estuve cinco meses sin salario, es decir sin nada.
Y
aun peor: todos los gastos que sean necesarios, escritorio,
muebles, franqueo, arriendo de la oficina debo pagarlos yo.
Y aún peor: no tengo derecho a pasajes, así que si no le
hubiera puntualizado mi deseo en mi cable, habría estado desesperado
con el pensamiento de un repentino traslado sin medios de pagar
mi transporte.
Gracias,
miles de veces, Eandi, y perdone estos detalles funestos, que
son la verdad y el tormento de cada día. Tal vez, si mi salarlo
fuese justo, e inmutable —es decir que yo tuviera la seguridad
de recibirlo a cada fin de mes— acaso me importaría poco seguir
mi vida en cualquier rincón —frío o caliente. Sí, yo que continuamente
hice doctrina de irresponsabilidad y movimiento para mi propia
vida y las ajenas, ahora siento un deseo angustioso de establecerme,
de fijarme algo, de vivir o morir tranquilo. Quiero también
casarme, pero pronto, mañana mismo, y vivir en una gran ciudad.
Son mis únicos deseos persistentes, tal vez no podré cumplirlos
nunca.
Octubre
11. Ayer recibí su carta tan cordial y bondadosa, pero,
así y todo, desalentadora; me parece que seguiré por aquí largo
tiempo. No tengo a nadie a quien telegrafiar en Chile, seria
inútil. Me aburro de muerte, qué verdaderamente bueno sería
recibir un telegrama suyo que dijera: vaya a tal parte.
Octubre
24. Ha caído el ministro que me conocía un poco, en Chile,
desde ahora mis probabilidades de evasión son aún menores. No
importa, trataré de ahorrar un poco do dinero e ir a Europa
en 1931, los primeros seis meses. He estado pensando en mi libro
de nuevos poemas, será posible lo que usted me dice, que en
Buenos Aires me pagarían algo? Tal vez usted exagera, me parece
tan raro. Voy a decirle, mi mayor deseo es editar en España,
Argentina me parece aún provincial, Madrid es bien diferente.
Pero, cómo? He escrito a uno de mis compatriotas [12] , ha pasado el tiempo de la respuesta, y nada. Sin embargo
me parece posible tener allí cierta gota de éxito, cierta
débil aprobación que me bastarían. He estado escribiendo por
cerca de cinco años estas poesías, ya ve usted son bien pocas,
solamente 19, sin embargo me parece haber alcanzado esa esencia
obligatoria: un estilo, me parece que cada una de mis frases
está bien impregnada de mí mismo, gotean.
Si,
en último caso me resolvería a publicar en Chile de nuevo, y
tal vez esto sería lo más útil para mi carrera, etc. (Aparte
de que allí tengo un editor que acepta lo bueno y lo malo de
mí y lo paga.) Pero, vea usted Eandi, recuerda mis versos
de Juntos nosotros? Se publicaron en Chile también,
e inmediatamente tres o cuatro críticas en los diarios llenas
de los más tristes denuestos, hablando como cosa establecida
de mi "imbecilidad", y así en el tono. Doloroso.
Sin
embargo ya ve usted qué pobreza existe en la poesía en castellano,
las gentes han perdido todo temperamento y se dedican
al ejercicio intelectual, con placer, como si se tratara de
un sport, y aun en esa calidad, todos me parecen bien mediocres
jugadores. El Lugones
[13] , tan denigrado, me parece en verdad rico de dotes,
su poesía me parece casi siempre poética, es decir legítima,
aunque anacrónica y barroca. Los jóvenes poetas de España son
pobres como mendigos, pobres y sin ninguna grandeza
[14] .
Antes
de que se me olvide: las cosas que escribe Manuel Gálvez
[15] sobre el Oriente me parecen vacías y falsas, llenas
del más absurdo y pretencioso filisteísmo.
Octubre
31. Dígame, Eandi, sabe usted algo de un chileno, un poeta,
Joaquín Cifuentes Sepúlveda [16] , que recién se acaba de morir en Buenos Aires? Me dicen que
se había casado allí, seguramente pensaba tranquilizarse, porque
en verdad hizo una dolorosa, desventurada vida. Tristeza! Era
el más generoso y el más irresponsable de los hombres, y una
gran amistad nos unió y juntos nos dedicamos a cierta clase
de vida infernal. Luego, sin ningún incidente ni explicación,
conscientes lentamente de nuestras diferencias, nos separamos
por completo, y ahora lo veo, para siempre. Mi triste
y buen compañero! De qué habrá muerto, le pregunto? Cómo vivió
sus últimos días, semanas, meses? Sus trabajos, dónde están?
Si usted tiene tiempo de sobra y también paciencia cuánto voy
a quedarle agradecido si me cuenta esta historia. Tal vez vaya
a encontrar enemistad y denuestos para su memoria, posiblemente
justos porque fue tan bueno como malo.
Llueve
aquí activamente. Ha llegado el Monzón Noroeste, la época más
triste del trópico. Truenos y rayos y agua sin parar, y calor
y una mala humedad que penetra hasta los huesos. Desde hace
semanas no voy a la ciudad (usted sabe que vivo junto al mar,
en el suburbio de Wellawatta), y leo novelistas ingleses junto
con los Hogares [17] que usted me ha mandado
y que le agradeceré aun en mí próxima vida. Son interesantes
estos nuevos escritores ingleses: Joyce, D. H. Wallace
[18] , Aldous Huxley, este último sobre todo, autor de esa
formidable masa de ingenio: Point Counter Point. Si usted
se topa con alguno de ellos, lea, aun en castellano.
Noviembre
21. He estado largo tiempo sin continuar mi carta, gran
pecado que se debe principalmente a una nueva copia de mi nuevo
libro que he estado poniendo a máquina y corrigiendo y ordenando
trabajosamente, y que ayer he enviado a España, donde he decidido
que se publique, pero no sé de seguro si se puede. Ya recibirá
usted el primer ejemplar que llegue a mis manos: tengo deseos
de saber la fisonomía general del libro de alguien otro que
yo mismo, ya que uno se hace una especie de ceguera a fuerza
de tanto mirarse.
Las
cosas de usted que he visto en las revistas me han parecido
a menudo admirables, llenas de esa delicadeza violenta que es
tan característica en usted, una especie de movimiento prosódico
regular, rítmico, una insistencia de bellas frases como un golpe
de olas. También me gusta esa trasposición de la música que
hace usted una vez con un Grieg, otra vez con un Wagner, en
que esas sensaciones musicales intervienen con tanta fuerza
en el destino de ambos relatos. Su estudio del poeta Franco
me parece singularmente penetrante
[19] , a mí tampoco su poesía feliz y natural me parece
moderna pero hay en él mucha "persuasión" coma usted
dice, una acometida violenta a las viejas inspiraciones arrebatándoles
en verdad su secreto como un buen poeta de otro tiempo. Me gusta
ese poema "El Buey". sobre todo cuando dice "Oh
esposo de la tierra" Creo que ha errado su camino en esos
nuevos poemas en que adopta algunos de los irreflexivos lugares
comunes de la "nueva poesía", porque verdaderamente
nunca hubo cosa más estéril que un deseo de encaramar metáforas
en cada verso como en una percha: esa es labor de sportman o
de humorista. El poeta no debe ejercitarse, hay un mandato para
él y es penetrar la vida y hacerla profética: el poeta debe
ser una superstición, un ser mítico.
La
inteligencia de los poetas desde hace tiempo ha
apartado toda relación humana de lo que dicen, toda cordialidad
y amistad para el mensaje poético ha huido del mundo, cuando
en verdad, qué otro objeto el de la poesía que el de consolar
y hacer soñar? Hablo coma una niña de sociedad, pero en este
punto ella es razonable, la poesía debe cargarse de sustancia
universal, de pasiones y cosas. Eso quiero hacer yo: una poesía
poética. De mis curiosidades científicas, de mi admiración por
los automóviles, de mi atracción por esta naturaleza exótica,
bien poco queda, cuando, de noche me siento a escribir, solo,
frente a un papel. Sólo yo mismo existo entonces, y mis aflicciones,
mis felicidades, mis pasiones privadas.
No
es verdad?
Voy
a contarle lo que he hecho. Había dispuesto dejar al destino
obrar por sí solo, y no cablegrafiar a Santiago sobre mi traslado,
pero sucede que hace un mes mi familia me escribía diciéndome
que ya habían empezado a ver por mi traslado y que les contestara
por cable. Así lo hice, pidiendo Europa.
Así
es que si ahora no resulta, me quedaré perpetuamente por este
lado. No, me ha sobresaltado usted un poco nada más, lo suficiente
para que la vida se haga sostenible. En verdad deseo irme casi
con angustia, pero por todas partes la vida es igual. A veces
soy feliz aquí, pero qué demoníaca soledad, como una sala húmeda
a mi alrededor, me envenena en verdad, porque las pequeñas heridas
pasajeras se hacen desmesuradas: no hay cómo atajarlas y hemorragian
hasta el alma. Pero hoy qué hermoso día fresco, después de una
terrible tempestad de anoche, en que mi casa se llenó de agua
y dos cocoteros cayeron quemados del rayo, en el jardín. Hoy
es verde y transparente: el mar está espeso y detenido,
azul.
He
mirado bastante su retrato, me parece usted un ser moderno y
típico de Buenos Aires, con cierta arrogancia y carácter. De
ninguna manera como Borges o Xul Solar que realmente parecen
espectros de viejas bibliotecas. Su relato de la visita a Xul
Solar ha causado mi felicidad más loca: saber que hizo su horóscopo
me lleva al paroxismo. Usa él un verdadero cucurucho de mágico,
con lunas y estrellas? Debo buscar por aquí uno de esos bellos
bonetes sin los cuales un astrólogo no se hace respetar.
Me
acuerdo de su artículo de usted sobre el cine
[20] y de lo que dice allí de los artistas que son grandes
reaccionarios en las direcciones del arte que no les incumben:
me parece que hay en eso cierto placer, una sensación de libertad
contra la tiranía de la época, cosa verdaderamente "artística".
Con el problema que se ha puesto uno por delante, se lo pasa
uno tan ocupado toda la vida, que la pereza se hace instinto
de conservación y defensa. El cine me gusta mucho, pero
las buenas, viejas cintas, con amor, romanticismo y
toda suerte de decorados. "Chang" es la que más me
gusta hasta ahora. No he visto las nueva cosas cinematográficas,
sin duda deben ser muy técnicas, muy fotográficas (con
fotografía loca) y en verdad interesantes.
Qué
hay de su libro Países de ninguna parte?
[21] Pienso que si ya estuviera impreso habría tal vez llegado
por aquí. Le doy una dirección en Chile para cuando aparezca:
Rosamel del Valle
[22] , Casilla 2898. Santiago. Otra dirección:
Andrew Boyd [23]
, c/o Lloyds Bank, Ltd., 6 Pall Mall, London S. W.
1. Este último es un joven escritor inglés que conoce e1 castellano
y traduce algunas veces con gran gusto.
Estoy
tan feliz de haber terminado y enviado mi libro, y también
no sé qué pensar de él. Es tal vez demasiado lúgubre? Es tal
vez monótono? Pero esta es una falta de acuerdo sólo con las
ideas de este siglo: los viejos libros son todos monótonos lo
que no los impide otras cualidades. Ahora, por qué hacer cosas
alegres si uno no lo es grandemente? Pienso que mi libro tiene
cierta atmósfera arrulladora, embriagadora que me agrada. Cuénteme
todo lo que usted hace, tanto sus hechos y proyectos literarios
como su diaria vida. Aquí el Monzón ha hecho los días más frescos
y soportables siento cierta felicidad en mi epidermis, hace
un nuevo bello día.
Una
cosa, mi querido compañero, por qué no deja de enviarme esos
periódicos, que aparte de su costo en dinero deben esclavizarlo
a usted un poco? Gracias infinitas por cada uno de sus envíos,
pero please deténgalos. Solamente quiero periódicos de literatura,
cuando los haya. Además ahora me la paso leyendo en inglés,
y es bastante inagotable lo que hay que ver en este idioma.
Aún
no llega nada de Chile que me anuncie remotamente mi traslado.
Pierdo las esperanzas.
Qué
bueno ha sido ese Alfonso Reyes. Debo escribirle dándole las
gracias? Mejor será que cuando aparezca mi nuevo libro se lo
mande con algunas líneas.
Lo
abrazo muchas veces mi grande amigo, usted, su amistad, me ayudan
a vivir.
Pablo
Neruda.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Colombo,
Wellawatta, 11 de febrero de 1930. [24] Ceilán
Querido
Eandi, tanto tiempo sin recibir cartas suyas y yo mismo sin
escribirle, y el calor, y el tiempo pasan y leemos libros usted
y yo, aquí y allá, y nos pasan cosas, y escribimos cosas.
Ha
terminado el Monzón sudoeste, las lluvias son escasas, las mañanas
son muy hermosas. He hallado algunas serpientes en el bungalow,
algunas de ellas terriblemente venenosas, y es curioso como
uno se hace indiferente a estos asuntos. Resulta que ayer el
boy muy asustado descubrió una polongha en el garage, y allí
nos fuimos con palos a matarla. Era una hermosa bestia negra
de un metro de largo con manchas romboidales, y apenas llegamos
se metió en una de las muchas cuevas del garage, podíamos verle
la boca y la lengua, y encendimos fuego en la cueva, la llenamos
de humo, pero no salió. Así es que vivo a algunos metros de
esta venenosa vecina, y así es. Esta serpiente polongha, me
dice hoy el cingalés, cuando da a luz (no pone huevos) se muerde
y muere y los hijos se la comen. Así sea. (Los técnicos me aseguran
que no es verdad.)
Vi
una entrevista muy divertida a Xul Solar en El Hogar. Leí
su artículo sobre[…] [25] y la poesía socialística, en eso como en
tantos items sagrados estamos de acuerdo. He conocido muchos
de esos especialistas en poesía verdad no sienten, ni sufren,
se han dedicado a una función y decaen.
Tengo
un gramófono, y una dosis de felicidad; la Sonata para piano
y violín de César Franck (que Proust dice ser su mentada sonata
de Vinteuil), es triste y dulce.
He
visto un poema de Vallejo [26] sobre la Catedral de Chartres [27] , muy digno.
No
sabe? Parece que me van a trasladar a Singapore, más lejos aún,
con jurisdicción sobre Java y las Islas de la Sonda. El Cónsul
General me ha propuesto en esa vacante, y aceptaré, estoy cansado
de Ceylán, de esta inactividad de muerte.
Eso
quiere decir el mágico archipiélago malayo, bellas mujeres,
bellos ritos. He estado ya dos veces en Singapore, Bali, y he
fumado muchas pipas de opio allí, no sé si aquello me
gusta, pero es diferente, anyhow.
He
enviado mi libro a España, aún no sé su destino. Le escribiré
muy pronto, mándeme cuanto escriba y sus noticias, su vida personal,
y lo abrazo muchas veces.
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Wellawatta,
Ceylán, 27 de febrero 1930
Querido
Eandi, gracias muchas veces por su carta última, en que me adjunta
las otras de los Ministros. A pesar de todo "el meritorio
funcionario" sigue donde mismo. El Cónsul General de Calcutta
me ha propuesto ir a Singapore y Java, si me nombran allí está
bien. Me gusta Java.
Sí,
naturalmente, a veces estoy locamente alegre, no por culpa de
Patsy y sus similares, sino por resolución de mi salud,
de mi piel aún joven. Tendido en la arena, solo, en las mañanas
grito de alegría EANDIIIIII, y todo lo que se me ocurre, los
pescadores me miran asombrados, y les ayudo a tirar las redes.
Qué joyas sacan del mar, parece increíble. Pescados dorados
con rayas de violeta, y el rojo, el verde, el ultramarino pintados
tan violentamente, y los extraños hocicos convulsionando y muriendo,
es un placer extremo ver las redes recién sacadas. Los pescadores
(aunque budistas) son muy brutales, y cortan los bellos animales
aún vivos, cosa terrible.
Contento,
indudablemente. En las tardes también sentado con mis pocos
libros y mí whisky and soda, me siento feliz. Sin embargo, mi
querido amigo, no me faltan amargas preocupaciones. Por suerte
el primero de abril termino de pagar una deuda con el banco
(2.000 rupees) y me ha costado sangre vivir pagándola, con dinero
apenas para mi arroz. En fin. La cuestión sexual es otro asunto
trágico, que le explicaré en otra carta. (Este tal vez más importante
motivo de miseria.) Y una mujer a quien mucho he querido
[28] (para ella escribí casi todo Veinte Poemas)
me escribió hace tres meses, y arreglamos su venida, nos
íbamos a casar, y por un tiempo viví llenó de su llegada, arreglando
mi bungalow, pensando en la cocina, bueno, en todas las cosas.
Y ella no pudo venir, o por lo menos no por el momento, por
circunstancia razonables tal vez, pero yo estuve una semana
con fiebre y sin comer, fue como si me hubieran quemado algo
adentro, un terrible dolor.
Esto
ha pasado, sin siquiera poder decírselo a alguien, y así aliviarse;
se ha enterrado con los otros días, al diablo con la historia!
Me
lo paso el día leyendo sin cesar, y encuentro cada vez más que
el único placer que me va quedando es leer. Leo casi solamente
en inglés, toda clase de cosas, especialmente los nuevos ingleses
(Hace tres días ha muerto el más grande entre ellos, D. H. Lawrence),
que tienen esto de curioso, que no se preocupan de ser ingleses
"nuevos" (a excepción de Joyce) sino de relatar directamente,
con cierta virilidad y descuido exteriores que es bastante agradable
e inesperado para hombres como yo cuya sola noción literaria
ha sido modificar la forma, problema cutáneo que me parece sin
sentido. Demasiado tarde, para mí, tengo en los huesos esta
clase de destino superficial de la condición poética, y naturalmente,
como mal camino conduce a la esterilidad y a la gran fatiga.
Actualmente no siento nada que pueda escribir, todas las cosas
me parecen no faltas de sentido sino muy abundantes de él, sí,
siento que todas las cosas han hallado su expresión por sí solas,
y que yo no formo parte de ellas ni tengo poder para penetrarlas.
En
cambio qué bueno es leer, oír música, y bañarse en el mar.
Mis
vecinos más próximos son tamiles o cingaleses o burgher (criollos
holandeses), y se han puesto muy mezquinos y desagradables este
último tiempo, atribuyéndome grandes perversidades, y haciéndome
enemistad, todo porque vienen algunas muchachas a verme, ellas
mismas muy asustadas, porque esta gente ha aprendido todos,
los cristianos escrúpulos de mierda, y hacen tabú de todo acto
sexual. Los infelices vivieron en la más deliciosa putrefacción
antes de la llegada de los portugueses, eran homosexuales (todavía),
incestuosos, en fin carecían de moral; los portugueses trajeron
el veneno contra la herejía ambiente, los holandeses ayudaron
cristianamente, y los actuales gringos les han terminado de
matar el gusano. Ahora son hipócritas y enfermos sexuales, cristianos
fatales, y perseguidores asiduos de la vida. Al diablo con ellos!
Volviendo
al negro asunto de mi traslado, cuyas esperanzas le debo y bien
puede ser que una realidad dentro de poco, recibo recién una
carta de mi padre (primera carta en casi tres años) y a las
gestiones que él había organizado independientemente el ministro
habríale prometido mandarme a Europa en febrero. Ya es marzo.
Es decir, que esta gente promete, y poco más, y qué hacerle.
Bien puede ser. Estoy contento. Pronto le enviaré algunas fotos
mías en la playa.
Me
extraña el proceder de su antagonista en la discusión sobre
su artículo, usted dice cosas tan sólidas, nadie que se respete
puede creer por un momento en ese poeto socialisto. Pero la
verdad que la gente de letras sudamericana es de lo más perverso
en la materia.
Espero
me dé noticias de su libro, me diga sus nuevos proyectos, y
me envíe cosas que recién escriba. Yo nada sé de mi libro, que
envié a Madrid hace ya tres meses, le diré en cuanto sepa. Escribo
casi nunca, sin embargo aquí van los únicos versos de este año,
a la muerte de Cifuentes
[29] . Sí, no me diga nada sobre él, he sabido, y su muerte
me enfermó de veras. Para aliviarme en algo he escrito esta
necrología.
Lo
veo a usted bastante vivo y viviendo y pienso en su nuevo trabajo
en la casa sueca, por mi parte yo apenas si soy capaz de levantarme
cada día, escribir esta carta es un acto a la vez heroico
y sumamente agradable (esto porque significa una respuesta suya)
y a menudo en mañana no me levanto, por dos días o tres vivo
a medio dormir, comiendo un plato de arroz al día, y un poco
de whisky, pero hay que contar también que es aburrido estar
solo. Tengo una cantidad de animales, perros, gatos, y uno muy
curioso y simpático: un "mongoose" (lo he visto traducido
por "mangosta"): es un roedor que sólo existe en la
India, y que es el único ser que ataca a las serpientes venenosas.
El mío es muy pequeño, y las serpientes casi lo matan,
pero es un valiente demonio, y con el boy no nos cansamos de
celebrarlo. Ni de noche ni de día se aparta de mi lado,
y si no está junto a mí rechaza toda comida. Por lo demás es
muy gracioso, con una gran cola.
Le
digo adiós, lo abrazo muchas veces,
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Wellawatta,
23 de abril, 1930
Mi
querido Eandi,
Le
escribo sólo para decirle que he sido trasladado a Singapore
y Batavia. Todas las buenas esperanzas de ir a Europa se han
sepultado definitivamente, sin embargo, está bien. El cambio
es grande, el clima es peor allí, pero la población es más interesante.
No sé aún cuándo es el viaje: creo que en quince días más. Tengo
allí un poco más de sueldo, lo que es bueno, pero la vida es
aún más cara que en Ceylán. Nunca más quiero hacer gestiones
de traslado, hay que resignarse. Mil veces gracias por su cariñosa
y ardiente idea de llevarme a otra parte. Cuando aparezca mí
libro le enviaré también un ejemplar para Alfonso Reyes, no
veo otra manera de darle las gracias por tan perfecta voluntad.
Mis
últimos días en la Isla son casi felices, pensando que esto
tiene un término, y gozo del sol y del mar que no tendré en
Malasia. Singapore es muy urbana, muy llena de ruido y polvo
y cafés chinos. De Java sé poco, pero tengo ansiedad de ella.
Además mi jurisdicción comprende las Islas de la Sonda. No sé
dónde están estas islas, y eso me gusta.
Ojalá
me escriba y me cuente sus cosas, y me envíe algo de su trabajo
tan noblemente escrito. Viviré lo más del tiempo en Singapore
así es que las cartas deben ser dirigidas: Consul for Chile,
Singapore, Straits Settlements. Me acompañará mi buen sirviente,
Dom Brampy y mi mangoose, que es sumamente amigable. Hay allí
mayor trabajo, no sé si viviré en hoteles o en
bungalows. La perspectiva de irme me tiene algo nervioso, con
frecuente insomnio.
Esta
es la estación de los grandes calores, verdaderamente abominable,
todo el día y la noche se vive de sudor. Se llena uno de sarpullidos
y hay que bañarse por lo menos tres veces al día. Se pone uno
irritable, enfermizo. Además esta maldita gente de España no
me dice una palabra sobre mi libro y esto me fastidia muchos.
Como no hay nada que hacer, y los sueños de Europa han pasado
a la historia, pienso en mi libro, que por lo demás no tiene
importancia, con una insistencia ociosa. Cuénteme, Eandi, de
su trabajo literario, trabaja usted, publica usted? Alguien
me envía un periódico de Montevideo, no veo nada de usted, el
periódico es muy exuberante, los versos muy débiles, me asombra
que los poetas sean tan pobres de corazón por esas tierras.
Cuesta tan poco "inflamar" un poema, darle fuego,
y para qué publicar si a pesar de todo las cosas resultan frías
o débiles. La poesía debe ser radiante, dramática, alcohólica,
poética. Los libros de los jóvenes uruguayos me parecen absolutamente
vanos; excepto un novelista, Dotti
[30] creo que es, que escribe cuentos gauchos muy seguros.
Me
ha llegado una carta rara de una dama de B. A., se llama Zoraida
Luppi [31] ,
existe? Sobre unos versos míos: "Luna de mala fortuna",
etc., versos que escribí a los 14 o 15 años, y que me persiguen
como pesadilla, y cuya reproducción debería prohibirse por edicto
oficial [32] .
Esta señora tiene mal gusto.
Le
escribiré de Java, donde viviré algunas veces, y le contaré
cuanto haya que contar. La gente javanesa es musulmana (religión
repulsiva como el calvinismo), pero Bali es aún hindú, lleno
de mitos, de liturgia y encantos. Debo enviarle una carta coordinada,
sistemática, dando cuenta y sustancia de cuanto vea.
Termino
esta carta. Le envío mis dos últimos retratos, típicos de estas
latitudes. En uno estoy con las pescadoras y mi perro.
Voy
a enviarle uno de estos días un sobre con algunos poemas, y
dígame si le gustan. Nada más me pasa, lo abrazo muchas veces,
mi querido compañero,
Pablo
Neruda
Dirección:
Consul for Chile, Singapore, Straits Settlements, Malaya.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Sabang,
Sumatra, 9 de junio de 1930
Amigo
mío, voy en camino a Singapore, he hecho despedidas a Ceylán
para siempre, casi con gran pena, casa en el mar, a mis perros
y gatos, y a mi verdaderamente amigo Andrew [33] que hizo mi vida tan agradable en últimos
meses. De usted hace mucho tiempo que nada sé, mi última carta
le prevenía de mi viaje. Le escribo con deseo de recibir muchas
nuevas cartas suyas, ya que Malasia tiene pocos o ningún encanto
para mí, y estaré allí tanto o más solo que antes. Con esta
carta le envío versos, lo extraño es que de mi libro no sé nada
desde que en octubre 1929 lo envié a Madrid.
Viajo
en un barco holandés, la gente es muy alegre y muy libre, muy
diferentes de los ingleses que hacen la vida tan desagradable.
En tres días más toparemos Singapore y no sé cómo
voy a vivir allí, si en hoteles o en bungalows o qué cosa.
No entiendo una palabra de holandés, pero sé pedir ginebra y
gin-pahit. Este es un cocktail muy bebido en Malaya y Java.
Los viajeros van todos a Java y Borneo, son plantadores o empleados
de gobierno, se quejan del calor y es la primera vez de Oriente
para ellos. Yo tengo ya tres años de esto, y ningún entusiasmo.
La
revolución de la India no alcanza más allá de las fronteras
de la India: en Ceylán o en Malasia nada sucederá hasta muchos
años por venir.
Hoy
hace un día nublado y casi frío. Estamos en la bahía de Sabang,
bajaré a tierra a dejar esta carta. De tan lejos, que le llegará
esta carta. Quiero decir de más lejos aún que Ceylán. Traigo
conmigo mi sirviente cingalés, el pobre está muy enfermo, es
su primer viaje de mar, y los boys del vapor sólo hablan malayo,
de modo que el pobre está muy triste.
Le
gustan estos versos que le mando?
Escríbame,
reciba un muy largo recuerdo,
Neruda
Consul
for Chile. Singapore, Straits Settlements, British Malaya.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Hotel
der Nederlanden
Batavia
Weltevreden,
2 de julio, 1930
Querido
Eandi, vivo y vivo en Java, por días y siglos por venir.
Horror!
Condenación y horror, y vida al suspiro!
Escríbame,
sus cartas son necesarias como el agua. Le envío al mismo tiempo
que esta carta un chal tejido en las Islas de la Sonda, que
ojalá reciba y le guste.
Es
algo primitivo y a la vez sabio, como azteca y persa al mismo
tiempo.
Se
llaman estos tejidos: "Kain soemba", soemba es la
isla que los hace, cada uno tarda tres meses en hacerse.
Lo
abrazo y espero ávidamente unas palabras suyas, estoy más solo
que jamás.
Ha
visto usted mis versos en el número de marzo de la Revista
de Occidente? [34]
Le
gustan?
"Galope
Muerto" es lo más serio y perfecto que he hecho (1925).
Abrazos
para muchos días y semanas y años.
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi (postal)
Java,
enero 31.
No
más solo! Querido Eandi: Me he casado hace un mes. Voy a contestar
pronto sus cartas, perdóneme unos días. Saludos de mi mujer
[35] y míos.
Pablo
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Batavia,
Java, 5 de setiembre de 1931
Querido
Eandi, ni egoísmo ni olvido, sino nada, el tiempo que pasa,
nada que contarle. No pasa día sin que nos acordemos un poco
de ustedes, de modo que me parece como si usted fuera testigo
de mi vida. Hace mucho tiempo que mi mujer proyectaba un paquete
de cosas para ustedes, yo esperaba que aquello estuviera listo
para escribirle, y ahora va. Es un pijama para Violna Elsa,
un abanico para la señora Eandi y una piel de serpiente para
usted y un cortapapel javanés. Además una pintura de la isla
de Bali para la casa de ustedes. Una encomienda angélica y demoníaca.
Mi
mujer es holandesa, vivimos sumamente juntos, sumamente felices
en una casa más chica que un dedal. Leo, ella cose. La vida
consular, el protocolo, las comidas, smokings, fracs, chaqués,
uniformes, bailes, cocktails, todo el tiempo: un infierno. La
casa es un refugio pero los piratas nos rodean. Rompemos el
sitio y huimos en automóvil, con termos y cognac y libros hacia
las montañas y la costa. Nos tendemos en la arena, mirando la
isla negra, Sumatra, y el volcán submarino Krakatau. Comemos
sandwichs. Regresamos. No escribo. Leo todo Proust por cuarta
vez. Me gusta más que antes. He descubierto un pintor surrealista.
Salimos con él, a comer en los restaurants chinos, bebemos cerveza.
Hasta
lo más extraño o lo más entrañable se convierte en rutina. Cada
día es igual a otro en esta tierra. Libros. Films.
Me
gustan sus dos trabajos publicados, que leí hace tiempo y que
guardo. Cómo se ve en ellos su ansiedad de escaparse de la ciudad,
y qué terrible esfuerzo para salir de la realidad. Esas canciones
qua hay en sus cuentos, y esos nombres dulces, atractivos, sortilegios,
misterios. Ese sentimiento constante de movimiento, huida, sueños.
Fuir!
Là bas fuir! Je sens que des oiseaux sont ivres
d'être
parmi l'écume inconnue et les cieux!
Rien.
ni les vieux jardins réflétés par les yeux
ne
retiendra ce coeur qui dans la mer se trempe
ônuits! [36]
Es
mala palabra esa de dejar de lado la literatura, por qué? Cuáles
son esas circunstancias? Uno cree haber terminado pero hay algo
acumulándose adentro de uno, gota a gota. Yo me moriría si no
pudiera escribir más.
Soldados
en su país, civiles en Chile. Y su poco de sangre y muerte.
A fin de cuentas en Java uno es libre.
Hace
tiempo le escribí una carta que nunca le envié: sobre su hermano.
Cómo se llama su hermano? Me parece arriesgado un viaje a estas
tierras. Crisis espantosa. Miles de europeos sin trabajo. Por
primera vez en la historia gente blanca mendigando en la calle.
Las firmas cerrando cada día.
Además
las policías de inmigración son terribles en todo el Oriente,
en todo el mundo ven a un comunista, y no dejan desembarcar
a ninguna persona que no muestre un contrato con una firma local.
Singapore es un mal país. Desagradable. La vida inglesa es horrible.
Así como va el asunto no veo remedio, pero si la depresión comercial
termina sería simpático que su hermano se lanzara. Hace tres
años, cuando la situación era diferente me acuerdo que en la
India los diarios estaban llenos de avisos requiriendo mecánicos
de automóviles, bien pagados. Especialmente en Calcutta. Si
las cosas se mejoran, con tiempo yo podría escribir al cónsul
argentino en Singapore para ver si hay algo, y luego él podría
hacer su camino a la India: Rangoon, Calcutta. La única ciudad
encantadora (¡exagerado!) en todo este mundo es Batavia, pero
creo que aquí hay menos chance, porque hay más europeos que
en ninguna otra parte. Esta es la única ciudad con pobreza entre
los blancos, con clases pobres, tal vez eso le da atractivo
a la ciudad, a diferencia de los países ingleses tan herméticos,
y tan caros para vivir.
Miles
de gracias por los periódicos que hace tiempo no recibo. Los
últimos, que contenían sus bellas prosas traían ese pequeño
periódico de Mendoza
[37] . Qué hay de la gran revista de la Sra.
Ocampo? No sé qué piensa usted pero me parece cosa
muy antipática. Le consulta a Ortega y Gasset hasta para arreglarse
los refajos. Y mientras tanto, snobismo literario Frank, más
Frank y el inocente de Torre […] [38] Les falta sólo Huidobro en la pandilla. Vergüenza.
Ortega y Gasset es el enemigo, el vampiro escolástico. Todo
lo que es raciocinio y esterilidad en España viene de su "florida
prosa". Y esa postura de "bacán" de la
literatura y las artes, de Apolo y Atenea, señor protector,
con oficina en el Olimpo. Ese horrible espíritu crítico, y esa
astucia para oler los movimientos que ya han comenzado en Trans-Europa,
y luego con voz "artística" predecirlos en España.
Conversación telefónica: Qué le parece Don Joseph, le pondremos
‘Sur’’? -Bueno, señora, póngale. -Y le pusieron “Sur’’, los
desvergonzados (¡Ideas personales pero públicas!) [39] .
Eandi,
vea usted cómo es la vida. Mi libro fue de nuevo a España, porque
el poeta Rafael Alberti me lo pidió para editarlo. Nuevas peripecias,
la Ibero-Americana, que lo aceptaba, quebró. Silencio de cinco
meses de Alberti (que se ofreció de su propia iniciativa para
hacer las gestiones de edición) Cartas mías, sin respuesta.
Mi libro grandemente admirado, varios artículos en Madrid, J.
Bergamín [40] “ habla de mí en el prólogo a Trilce [41] . (Qué desgraciado soy.) Luego,
hace tres meses, carta de Alberti. Excúseme, etc… Que el libro
está en París, que lo tiene una chica Alvear, o de Alvear [42] , que saca una revista en París. Que allí
(la revista parece llamarse Imán
[43] , si existe, lo que dudo) van a aparecer algunos
de mis poemas, que ella me mandará el cheque, y luego, el contrato
para la publicación de mi libro. Ese Imán no me atrae,
pero qué diablos. Lo peor es que nunca he oído hablar de esa
revista, ni la tal chica me ha escrito, ni sé si mi libro ha
sido aceptado por la República Argentina, o no. Ha visto cosas?
Es para ponerse a tomar whisky por tres meses. Dígame algo,
deme un consejo. Siento que mi libro debe aparecer, por Cristo
Padre, se está añejando y envejeciendo inédito. Y además, mis
amigos, entre los cuales usted, a quienes he defraudado y estafado
por años con tal promesa.
Como
antes le dije, no quería escribirle a Alfonso Reyes, que con
tan buena voluntad hizo algo por mí, a pedido de usted mi buen
amigo y querido Eandi, sino enviarle mi libro, que un libro
expresa más que una carta, y mis cartas son tan estúpidas. Y
así, esperando día tras día, y el libro nada, y esperando. Al
fin Reyes se enojó, y me lo dijo en algunas líneas, dedicándome
un libro, y yo, mi amigo, qué vergüenza. Entonces le envié algunos
poemas míos a máquina, y una carta corta explicando lo inexplicable.
[44]
Le
envío unos versos que tienen algo de curioso, por su paralelismo
que pudiera parecer deliberado, pero no lo es. "Madrigal
escrito en invierno" fue escrito en 1925, publicado en
1926, y "Duelo decorativo" [45] lo escribí hace unos días, sin recordar absolutamente la otra
cosa. Sin embargo se parecen tanto. Ambos son producto de mi
viejo deseo de hacer una poesía del corazón, que consuele aflicciones,
como las canciones y tonadas populares, como la música de las
ciudades, pero sin elementos populares, lo que sería error,
ya que no podemos forzar nuestra cabeza intelectual con expresiones
ajenas.
Dígame
si le gustan.
Y
si recibe estos regalos, y estas fotos que les enviamos, y perdóneme
mi pasada y futura y eterna pereza para escribirle que yo soy
el primero en encontrar horrible, pero que no es egoísmo y nunca
puede ser olvido.
Besos
para la nena, mi mujer saluda a la
Suya,
usted reciba un buen abrazo mío,
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Santiago
26 de setiembre do 1932
Querido
Eandi: su carta me cayó coma un reproche: esta es mi primera
carta, a nadie he escrito, sobrecogido con el regreso. La vida
caótica de Chile me ha pescado de nuevo, hasta hace poco me
movía como un sonámbulo. Cuando llegué no podía casi hablar
castellano, tartamudeaba, sufría. Hice mi viaje en un terrible
barco de carga que tardó 75 días en traerme. Volví a ver mi
prisión de Ceylán, luego Mozambique, y el océano. Al pasar frente
a Buenos Aires, casi tocando las luces de Mar del Plata, qué
dolor no poder detener el demoníaco rumbo del barco para abrazarlos
a ustedes. Seguimos al Estrecho pero antes le mandé mi Carta-Océano
captada por otro barco inglés y metida en un correo de Buenos
Aires.
He
gozado y sufrida indeciblemente en Chile. Hay algo excitante
en vivir en un país que se derrumba, con olor a catástrofe
en medio de la primavera, y una amenaza sorda, fatal,un
tambaleo agónico en la vida ambiente.
He
olvidado enteramente mi vida del trópico.
Ahora
le hablaré de mi libro. Esta chica Alvear es una mujer enteramente
irresponsable, y debiera estar asilada en el lugar correspondiente.
Ha retardado malévolamente la aparición de mi libro por
los dos últimos años. Firmó un contrato conmigo comprometiendo
un adelanto etc. y me autorizaba para recurrir a la justicia
si no cumplía. No cumplió. Entonces empezó de nuevo la odisea
de mi pobre libro. Le escribí cien cartas, cables, no respondió
una sola vez. Engaño día a día a mis amigos de París (Luis Vargas
Rosas [46] y Rafael Alberti
[47] , el poeta español). Rehuyó toda cita con ellos para
tratar del asunto y se fue de París debiéndole dinero a todo
el mundo incluyendo a su secretario
[48] y a Vargas Rosas. Es un verdadero caso clínico: el
engaño, la mentira mantenidos fuera de todo límite. Todavía
no logro juntarme con mis originales que este gusano tiene desde
hace dos años. Deseo con verdadero deseo que la tierra se abra
y se la trague.
Sin
embargo me interesaría editar fuera de Chile debido a la crisis
de la moneda chilena. Algunos cientos de nacionales argentinos
son aquí una fortuna. Su amigo Martelli no tiene otras conexiones
editoriales? Habría que arrancar los originales a la loca de
Alvear, y esta carta es por demás elocuente y lo autoriza a
usted o a él para recibirlos de ella. Si no lo consiguen avíseme
por correo aéreo y entonces le mandaré una historia de mi contrato,
con documentos de Alberti, Huidobro [49] , Gerardo Diego [50] , Vargas Rosas que retratan a la señorita Alvear, y que podrían
publicarse en algún periódico literario de Buenos Aires.
Mi
situación de dinero es más que mala. Sólo el placer de mi llegada
reciente no me hace salir precipitadamente a buscar un país
con menos bancarrota y menos miseria. Voy a tratar de salir
de Chile a principios del Otoño próximo.
Mis
años de servicio en el cuerpo consular y las mil miserias que
allí me royeron los huesos no me sirvieron de nada. Volví a
Chile sin un centavo, sin puesto y sin desahucio. Ahora recién
me han puesto de bibliotecario de una biblioteca que no existe,
con un sueldo que casi tampoco existe. Por otra parte mi situación
literaria ha cambiado. Soy ahora en Chile indiscutible, halagado
y trajinado de manera molesta, pero el reconocimiento de mi
trabajo es un hecho, y esto es agradable. Acaba de salir una
edición hermosísima de los Veinte poemas
[51] , que echaré por el correo ordinario y que recibirá
usted poco después que ésta. Al mismo tiempo mi editor quiere
sacar a todo lujo, y en edición limitada (seguida de otra corriente)
Residencia en la tierra.
[52] Así es que espero su respuesta a ver si usted me arreglara
algo, porque debido a la situación de la moneda me interesaría
más hacerlo allí. Quiero algo que se aproxime a 1000 nacionales,
y un adelanto de la mitad en letra sobre New York. Lo único
que me interesa es el dinero, yo haría aquí una edición seguramente
mejor. Así es que espero sus noticias antes de terminar mi negociación
con Nascimento [53] que se interesa mucho por mi libro pero que naturalmente me
pagaría menos.
Terminaré
esta carta para no dejarla tirada por ahí como muchas que le
he escrito en este último tiempo.
Me
interesa saber si recibieron una encomienda que les mandamos
de Java con algunas cosas (un pijama para la nena, un abanico,
etc.).
Ahora
lo abrazo y espero su respuesta muy pronto y ya le escribiré
con tranquilidad.
Hasta
luego, queridísimo amigo, saludos de Maruca para todos ustedes.
Pablo
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Santiago,
16 de febrero de 1933
Recordado,
querido amigo, como siempre la indolencia o la ingratitud están
de mi parte. Miles de cosas pegadas me impiden hasta pensar.
Hubo un momento en que llegué a pensar que me iría a Buenos
Aires, herido por el ambiente de mi desgraciado país. Mi mayor
aliciente era el que nos veríamos.
Ha
salido otro libro mío, escrito hace diez años: El hondero
entusiasta.
[54] Creo poder enviárselo en estos días si tengo dinero
para el franqueo. Estoy muy pobre. En general la miseria en
Chile es horrorosa.
Pensando
en eso mismo he hecho copiar este poema reciente que le incluyo.
Primero para que usted lo lea y me cuente lo que piensa. Es
algo diferente de lo que yo escribo, y algo como una prueba
de la seguridad de mi oficio. Segundo, para que me haga el favor
(cosa difícil y seguramente horrenda) de ver si puede eso salir
en La Prensa o en Sur siempre que me paguen
algo por intermedio suyo, que me hace mucha falta. En La
Prensa ya deben conocerme por un artículo largo de J.
S. Chocano [55] que ha aparecido o está por aparecer allí.
Residencia
en la tierra se está imprimiendo en este momento
en una edición de lujo de 100 ejemplares solamente, por Nascimento.
Será una edición estupenda. Cuente con un ejemplar, el único
que podré enviar a Argentina. Costará $ 50 chilenos y no creo
que se venda en Buenos Aires.
[56]
Mi
mujer se acostumbra en Chile y aprende lentamente el castellano.
Siempre me recuerda que le escriba a usted (ella sabe que somos
buenos amigos) pero llego a casa fatigado de la oficina, sin
deseos de nada. Nunca tuve siquiera fuerza para escribirle a
la chica Alvear. Que se vaya al diablo!
Ahora
lo abrazo muchas veces, le digo nuestros saludos para su mujer,
los cariños para la nena (qué grande debe estar!) y espero una
buena y perdonadora carta suya,
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
17
de febrero de 1933
Querido
Eandi, cuando iba a poner al correo la carta que le incluyo
llegó su carta. Me apresuro a enviarle otro ejemplar de Veinte
poemas y del nuevo libro.
Yo
no siento angustia alguna por el momento del mundo.
Aún
me siento reintegrándome a la vida occidental, me gusta
sólo gozar de los placeres de que me privé por años.
Una
ola de marxismo parece recorrer el mundo, cartas que me llegan
me acosan hacia esa posición, amigos chilenos. En realidad,
políticamente, no se puede ser ahora sino comunista o anticomunista.
Las demás doctrinas se han ido desmoronando y cayendo Pero esto
es para los que son políticamente, esto es existen
civilmente.
Yo
fui anarquista hace años, redactor del periódico síndico-anarquista
Claridad [57]
en donde publiqué mis ideas y cosas por primera vez.
Y todavía me queda esa desconfianza del anarquista hacia las
formas del Estado, hacia la política impura. Pero creo que mi
punto de vista, de intelectual romántico, no tiene importancia.
Eso sí, le tengo odio al arte proletario, proletarizante. El
arte sistemático no puede tentar, en cualquier época, sino al
artista de menor cuantía Hay aquí una invasión de odas a Moscú,
trenes blindados, etc. Yo sigo escribiendo sobre sueños.
Tengo
un editor muy torpe en repartir. Yo sé que en Argentina y otros
países se leen mis libros. Este hombre no los manda sino por
pedido expreso. Así es que le ruego haga pedir Residencia
en la tierra ya que no quiero que mi único libro
pase desapercibido en Argentina. Le digo en mi carta que va
a costar $ 50 la copia, será impreso en formato más o menos
38 x 27 cm en papel especial y tipo fabricado para el libro
Se harán sólo 100 ejemplares.
También
podrán pedir los libreros la nueva edición de Veinte poemas
que es tan hermosa y tan barata ($ 7, 50 m. chilena).
No
tengo proyectos, me aburro, me desespero aquí a veces, otras
gozo con locura. He sido objeto de los insultos más espantosos
(de colegas escritores, por supuesto) y de elogios extremos.
Traté de volver a la carrera consular, mi país está en la miseria,
no se pudo. Hasta pensé ir -si se pudiera- a dar una conferencia
sobre poesía y un recital de mis trabajos a "Los amigos
del Arte" de Buenos Aires.
[58] Ricardo Baeza [59] buen amigo mío, quedó de escribir a la Ocampo, pero parece
que no lo ha hecho.
Nuevos
saludos, abrazos
de
su amigo viejo
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
23
de marzo de 1933
Querido
Eandi, le escribí hace dos semanas una carta certificada diciéndole
muchas cosas, mandándole dos poemas a ver si podrían publicarse
en Buenos Aires. También le envié por certificado mis dos libros
de reciente publicación. Por qué no me ha contestado?
Le
ruego le haga
lo
más pronto
posible,
lo abraza
su
amigo
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
28
de abril, 1933
Querido
amigo, sus dos últimas cartas me han traído una ola de agrado,
primero los retratos de ustedes que han causado verdadera felicidad
en Maruca y en mí. Qué admirable nena tienen ustedes. La hemos
hecho admirar a todo el mundo.
Ahora,
gracias infinitamente por todas las gestiones que usted ha hecho
por la publicación de mis versos, es usted tan buen amigo, me
siento tan sostenido en este mundo cuando pienso en su buena
amistad!
Pienso
escribir a Mallea
[60] , a ver si obtengo una colaboración continua para La
Nación. La crisis es muy grande en Chile y hay angustia
en todo el mundo "El fantasma… etc." no es inédito,
salió en Atenea [61] , revista chilena, hace algunos
meses. Pero esa revista es tan poco leída. Voy a escribir a
Mallea sobre eso. Mi libro va a salir en menos de una semana
más, y todas esas cosas vendrán en él. Pero como será una edición
de cien ejemplares sólo, creo que aún pueden publicarse.
Con
un español joven -José María Souviron [62] - vamos a sacar una pequeña revista que se
llamará Caballo verde
[63] . Ojalá me mande usted colaboración y si tiene
ocasión de pedirle a Borges, Xul Solar, Vallejo, etc. le ruego
lo haga, y me remita a mí lo que obtenga.
Le
envío aquí mismo la autorización para el cobro -que ojalá tenga
lugar- de mis colaboraciones. No tengo casi nada inédito, no
sé qué mandar a Mallea, prefiero que publiquen aquello.
En
cuanto al proyecto de lectura de poesía, creo que no accederán
por los gastos, soy pesimista sobre eso.
Mi
editor es (…) [64] difícil de convencer que mande libros. No
se qué hacer con él.
Le
escribo de mañana, es invierno en Chile, hace frío. Hay algo
ceniciento, triste en la atmósfera. Usted estará en una mañana
igual en su oficina. de Buenos Aires.
Hasta
muy pronto. Le
escribo
de nuevo en
estos
días. Lo abrazo
largamente
Pablo
Neruda
El
libro fue recibido, admirado y agradecido. No lo conocía yo
en inglés, ya le hablaré. Gracias.
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Santiago,
a 19 de mayo do 1933
Señor
Héctor
I. Eandi
Buenos
Aires
Querido
amigo,
por
este correo le hago enviar, creo que por paquete separado, dos
ejemplares de lujo de mi libro Residencia en la tierra.
Uno es para usted, y creo que su tamaño espiritual es el
mejor homenaje que mi amistad pueda ofrecerle, aunque todo el
libro sea sólo una insistencia en mi vieja posición patética.
El otro ejemplar es para Eduardo Mallea, y le ruego entregárselo
usted personalmente. Estos son los únicos ejemplares que van
a Argentina y no creo que pueda mandar ningún otro, el
editor se los ha guardado todos. Por primera vez quiero
un poco de publicidad, siento todo lo que me van a molestar
aquí, más de lo que hasta ahora han hecho y siento la necesidad
de más inteligencia para lo que he hecho.
Le
escribo con mucha premura así es que le ruego no deje de acusarme
recibo tan pronto como pueda de estos libros y lo entregue a
su destinatario con mis más cordiales saludos.
Ahora
un abrazo de
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Santiago,
a 13 de junio de 1933
Mi
querido amigo Eandi:
Gracias
por su última carta, pienso que las gestiones de mi viaje a
Buenos Aires van muy bien, si usted se da cuenta de lo siguiente:
Ricardo Tudela [65]
(Belgrano 869, Mendoza), había tramitado mi viaje a Mendoza
para esta primavera, para hacer una lectura de mis poesías en
el Círculo de Periodistas. Yo he visto publicaciones de la prensa
de Mendoza, y creo que hay un comité que trata de financiar
mi viaje y estadía. Usted comprende, mi querido amigo, que si
estas dos gestiones se aúnan, la cosa estaría resuelta. Yo he
escrito a Tudela para que se comunique con usted o Mallea, ojalá
que usted hiciera algo en este sentido. Por otra parte, hay
rumores de que el gobierno piensa darme un destino consular
en Europa, y en este caso no habría problema del viaje, pero
como esto es siempre tan inseguro en Chile, no creo que se pueda
tomar en cuenta. Esto es todo lo que le puedo informar por ahora.
Me
alegro que mi libro le haya gustado exteriormente. Aunque usted
conoce muchas de las cosas allí incluidas, en el libro
todas tratan de ser una sola "materia", es decir una
sola actitud, insistente.
Espero
con verdadera ansiedad alguna noticia suya, y lo abrazo con
mucho cariño,
Pablo
Neruda
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Enero,
1935
Querido
Eandi siempre: ya van a ser mil leguas que no le escribo, es
casi imposible perdonar un crimen así. Es que estoy menos
escribidor que nunca, no tengo máquina y me cuesta mucho entintar
y secar.
Por
otra parte resulta que al principio anduve tan mal de ánimo,
inestable, errante entre Barcelona y Madrid, y un poco desesperado
por mi destino. Al fin haciendo un esfuerzo supremo he logrado
que me destinen a Madrid, como agregado a la embajada.
Estoy
viviendo muy contento, Malva Marina [66] crece y engorda y las cosas
que he escrito ahora último me satisfacen mucho. Van algunas.
De amigos como siempre, estoy rodeado de ellos, Alberti (ahora
en París porque el régimen reaccionario feroz lo encarcelaría),
Lorca, Bergamín, poetas, pintores, etc. Ninguna dificultad con
ellos, son de mi sangre. Yo que he vivido mi adolescencia lleno
de aspereza vital me convenzo de la bondad de las gentes, de
lo parecido que son a uno, y quiero sólo querer sin limitación
a todos los dignos de cariño.
Ayer
he ido por primera vez a ver a uno de los más nuevos: Vicente
Aleixandre [67] (Premio nacional de literatura) qué cariño, qué ternura hacia
mí. Sobre la mesa todos mis libros (encargados por él a Chile)
y muchas botellas, sabiendo mis gustos de antemano.
Queridísimo
Eandi y Juanita! qué mal me he portado! Su carta fue en Barcelona
el primer sobre abierto, la mano leal del amigo esperándome
en aquella hora de incertidumbre.
Vivimos
en una casa con seis metros de balcón, muy alta, con vista a
las sierras y a la nieve del Guadarrama. [68] Vive con nosotros una argentina,
Delia del Carril
[69] (hermana de Adelina) [70] muy simpática y profundamente buena. Está en este momento
almorzando con Victoria Ocampo que está de paso en Madrid (…)
Le ruego entregue a la Rubia
[71] esta entrevista y para que no se enojen los amigos
que yo no he dicho que la poesía americana está en decadencia,
son cosas del periodista. Eso sí que hay aquí una generación
más brillante que la de Argentina y toda América.
Esta
carta va de remordimiento, y le seguirán otras con más noticias,
feliz año para los dos y chicas y abrazos nuestros recordándoles
siempre
Pablo
Va
una traducción que hice. [72] En la misma editorial saldrá
Residencia en dos volúmenes, el antiguo y uno más. [73]
*
* *
De
Pablo Neruda a Héctor Eandi
Madrid,
14 de setiembre [74]
Tomo
la mano y la pluma para escribirle una carta corta para no seguir
esperando una larga que tan difícil me resulta. Acabo de leer
su magnífico cuento en La Nación, me gusta mucho y tiene
el alma en un hilo. [75] Me acuerdo que usted me conversó
de ese cuento en Buenos Aires.
No
me ha contestado usted mi última ni me acusó recibo del Homenaje?
[76] Lo ha recibido usted? Allí le puse unas líneas para
que perdonara mi silencio. Me cuesta tanto tanto escribir y
no oigo sino reproches, no es por falta de amistad que es lo
único que me interesa en la vida sino por algo físico, irremediable.
Bueno,
Héctor, estoy muy bien en Madrid, rodeado de gente que quiero
mucho y que me quiere. El primero de octubre sale una revista
de poesía dirigida por mí. Es la revista de los poetas españoles
pero me han pedido que yo la dirija para tener un recuerdo de
mi estada. [77]
Son muy tiernos conmigo.
Mi
Residencia (en dos tomos separados) sale dentro de cinco
días, y ya está totalmente impresa. Se lo mandaré inmediatamente.
Cuénteme la impresión que mis nuevas cosas le hagan, algunas
hechas en Buenos Aires están muy cambiadas y suprimí aquel "os
condeno a cagar…etc."
[78] porque usted me lo observó en Buenos Aires y lo pensé
mejor.
De
mi niñita no quiero hablarles porque está enfermita. Maruca
bien. Cómo es vuestra nueva casa?
Hasta
muy pronto mi siempre querido y viejo amigo
Pablo
Muchos
cariños para Juanita y besitos para las niñas de Malva Marina
y Maruca.
Aguirre, Margarita. Pablo Neruda/ Héctor Eandi. Correspondencia
durante "Residencia en la tierra". Sudamericana:
Buenos Aires, 1980. (Selección de cartas de Pablo Neruda a Héctor
Eandi).
[1] Se refiere al diario La Nación, de
Santiago de Chile, donde publicó doce notas sobre sus viajes.
[2] Martín Fierro, revista literaria argentina
(1921-1949), dirigida par Evar Méndez. En sus páginas colaboró
gran número de escritores de la época, que luego integraron
el grupo “Martín Fierro”.
[3] Error de Neruda: la fecha que corresponde es enero
de 1929.
[4] Cita de Une saison en enfer, de
Arthur Rimbaud.
[5] Álvaro Hinojosa partió con Neruda desde Chile
a Oriente. En la actualidad vive en París. Ha pasado fuera
de Chile casi toda su vida. Véase Pablo Neruda, Confieso
que he vivido, Losada, Buenos Aires, 1971, pág. 64 y sigs.,
95 y sigs., 98 y 102 y sigs.
[6] Este vecino cingalés fue de verdadera importancia
en la estadía de Neruda. Alojó a Jossie Bliss en su casa cuando
Neruda no pudo hacerlo. En 1967, al regresar Neruda a Ceylán
nuevamente, seguía viviendo al lado de la casa que había sido
de Pablo. Le dijo: “Has llegado a tiempo, la tuya la demuelen
la próxima semana.”
[7] Xul Solar, seudónimo de Oscar Alejandro Schulz Solari
(1887-1963), escritor y pintor argentino.
[8] Se refiere al novelista Joseph Conrad (1859-1924).
[9] Ver cartas de Neruda fechadas 5 de octubre de 1929
(pág. 62). Y 9 de junio de 1930 (pág. 84).
[11] No se han encontrado referencias sobre esta revista
en América. Hay una de ese nombre en España.
[12] El compatriota al que le escribió -según se ha podido
averiguar- fue Alfredo Condon, que era entonces secretario
de la embajada de Chile en Madrid. Véase Confieso que he
vivido, págs. 94 y sigs., y Rafael Alberti, La arboleda
perdida, Buenos Aires, Fabril Editora, pág. 299.
[13] El poeta y prosista argentino Leopoldo Lugones nació
en 1871 Se suicidó en 1938.
[14] En realidad, Pablo Neruda poco conoció entonces
la entonces poesía española contemporánea. En su brevísimo
paso por Madrid en 1927 sólo estuvo con Guillermo de Torre.
El trato de Neruda con los poetas de la generación de 1927
empezó al conocer a García Lorca en Buenos Aires y después,
desde su estadía en Barcelona y Madrid, como cónsul de Chile.
Véase Guillermo de Torre, “Carta abierta a Pablo Neruda",
en Cuadernos Americanos, vol. LVII, año X, mayo-junio
de 1951, págs. 277-282.
[15] Manuel Gálvez, prosista argentino (1882-1962).
[16] Joaquín Cifuentes Sepúlveda, poeta chileno de la
misma generación de Neruda. La elegía escrita por Neruda,
"Ausencia de Joaquín", aparece en Residencia
en la tierra. Véase Confieso que he vivido,
edición citada, pág. 101.
[17] El Hogar, revista argentina que se
publicó en Buenos Aires, desde 1914, durante muchos años.
[18] Neruda se refiere, sin duda a D. H. Lawrence -y
no a A. Wallace-. Véase Confieso que he vivido, edición
citada, pág. 129.
[19] El artículo se llama "Nuevo mundo de Luis Franco”
y fue publicado en la revista Babel, que dirigía Samuel
Glusberg, n° 29, año IX, 1929.
[20] Eandi escribía notas sobre cine, además de crítica
literaria, en varias revistas argentinas.
[21] Países de ninguna parte no llegó a publicarse.
Uno de los cuentos que iba a integrar el volumen, "Posible
historia de mar", apareció en la revista La vida literaria
de julio de 1929.
[22] Rosamel del Valle, poeta chileno de la generación
de Neruda (1901-1965).
[23] Ver nota 9. [*nota de la transcripción:
se han transcrito aquí las referencias a otras notas de
acuerdo a la selección y no coincidente con las referencias
al pie efectuadas por Margarita Aguirre].
[24] Evidentemente, Neruda no había recibido la carta
de Eandi fechada enero de 1930. (Ver nota 46).
[25] Se omite el nombre (figura con iniciales en la correspondencia)
para no afectar a personas vivas. El artículo a que se refiere
Neruda apareció en La vida literaria de noviembre
de 1929 y se titula "El suburbio, sus poetas y otras
cosas".
[26] Sobre el poeta peruano César Vallejo (1893-1938)
y sus relaciones con Neruda, véase Confieso que he vivido,
edición citada, págs. 93 y sigs. y pág. 178.
[27] Este poema no figura en la obra publicada por
Vallejo.
[28] Se refiere a Albertina Azócar, hermana del escritor
chileno compañero juvenil de Neruda, Rubén Azócar. Albertina
cursó el profesorado en castellano e inspiró muchos de los
Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Muerto Neruda, dio a conocer el epistolario cambiado durante
la época de sus amores. Véase Cartas de
amor de Pablo Neruda, Madrid, Ediciones Rodas, 1975.
[30] Víctor Dotti, cuentista realista uruguayo, nacido
a principios del siglo.
[32] Con los años Pablo Neruda cambió de opinión
respecto a estos versos. En una oportunidad comenzó uno de
sus recitales de poesía precisamente con ellos. Aparecen,
además en la sección "Poesía y prosa no incluida
en libro", en la segunda edición de Obras completas,
1967. El poema se llama "Un hombre anda bajo la lluvia"
y por primera vez se publicó en la edición del 29 de abril
de 1922 de la revista Claridad, publicada en Santiago
por la Federación de Estudiantes de Chile.
[34] Se refiere a los poemas "Galope muerto",
"Serenata" y "Caballo de los sueños",
publicados en el n° LXXXI, de mayo de 1930 de la Revista
de Occidente.
[35] Alude a María Antonieta Agenaar, su primera mujer,
con quien contrajo matrimonio en Java, en diciembre de 1930.
[36] Versos de Stéphane Mallarmé, poema titulado "Brise
Marine".
[38] Se suprime el pasaje por decisión de la autora.
[39] Neruda cambió estas "ideas personales"
sobre Victoria Ocampo con el pasar del tiempo. Después de
una época en que fueron peores, asistieron juntos en 1966
al congreso del Pen Club realizado en Estados Unidos y Pablo
Neruda recibió con un abrazo a Victoria Ocampo. Antes había
pedido por su libertad cuando el presidente Perón la detuvo.
(Nota de la autora).
[40] José Bergamín (1895) director
de Cruz y raya. Escritor español, católico y republicano.
Vive en Madrid.
[41] Prólogo de Bergamín a Trilce,
de César Vallejo, segunda edición, Cía. Ibero Americana
de Publicaciones S.A., Madrid, 1930.
[42] Sobre Elvira de Alvear véase:
La arboleda perdida, obra citada (Memorias de
Rafael Alberti)
[43] El único ejemplar de la revista
Imán fue publicado el 1° de abril de 1931 en París.
En ese ejemplar colaboraron, entre otros, Jean Paul Sartre,
Xul Solar, Vicente Huidobro, Miguel Ángel Asturias, etc. El
secretario de redacción era Alejo Carpentier.
[44] Véase: Emir Rodríguez Monegal, Neruda: El viajero
inmóvil, Monte Ávila editores, Caracas, 1977, págs. 81-82.
[45] "Duelo decorativo" se llamó, al publicarse
por primera vez en Residencia en la tierra, "Lamento
lento".
[46] Luis Vargas Rosas (1997-1977). Pintor chileno; fue
director del Museo de Bellas Artes de Santiago desde 1946
a 1953.
[47] Rafael Alberti (1901). Actualmente reside en París.
[48] El secretario de Elvira de Alvear era el escritor
cubano Alejo Carpentier (1904-1980), quien se encargó de publicar
el número único de la revista Imán.
[49] Vicente Huidobro (1893-1948). Poeta chileno. En
1918 fundó con Paul Reverdy la revista Création y luego
se incorporó al ultraísmo.
[50] Gerardo Diego (1896). Poeta español de la generación
de Alberti, Lorca, etcétera.
[51] Veinte poemas de amor y una canción desesperada,
Nascimento, Santiago, 1932.
[52] Residencia en la tierra, 1925-1931, Nascimento,
Santiago, 1933.
[53] Carlos George Nascimento fue el primer editor de
Pablo Neruda. Portugués de origen, fundó en Chile la editorial
que lleva su nombre y ha dado a conocer a casi todos los grandes
escritores contemporáneos de ese país.
[54] El hondero entusiasta, 1923-1924, Empresa
Letras, Santiago de Chile, 1933.
[55] José Santos Chocano, "Panorama lírico (a través
de un recital poético)", La Prensa, 12 de marzo
de 1933.
[57] Claridad, periódico de la Federación de Estudiantes
de Chile que se publicó entre los años 1920 y 1931, y en el
que Neruda colaboró asiduamente.
[58] La Asociación "Amigos del Arte" fue fundada
por Delia Acevedo y Elena Sansinena de Elizalde, en 1924.
(Esta última la dirigió desde 1925 hasta abril de 1943). Sus
actividades culturales se extendieron hasta 1943.
[59] Ricardo Baeza (1890-1956). Escritor español. Como
diplomático fue el último embajador de la república española
en Chile. Vivió muchos años en Buenos Aires y fue miembro
del comité de redacción de la revista Sur.
[60] Eduardo Mallea, novelista argentino nacido en 1903.
entre 1931 y 1954 fue director del suplemento literario del
diario La Nación.
[61] Atenea, revista de la Universidad de Concepción,
Chile, que se publica ininterrumpidamente desde 1924.
[62] José María Souviron, escritor español nacido en
1904. después de la guerra civil española se exilió en Chile,
donde fue director de varias colecciones de la editorial Zig-Zag.
[63] Caballo verde: se trata de un proyecto que
cristalizó tan sólo en el año 1935, en España. Neruda fue
el director. La revista se llamó Caballo verde para la
poesía.
[64] Se omite el pasaje por decisión de la autora.
[65] Ricardo Tudela (1893), escritor, profesor y periodista
argentino.
[66] Malva Marina fue la única descendiente de Pablo
Neruda. Nació en España en 1934 y murió en Holanda, donde
se encontraba con su madre -María Antonieta Agenaar-, en 1942,
víctima de una enfermedad congénita.
[67] Vicente Aleixandre, poeta español nacido en sevilla
en 1900. en 1977 recibió el premio Nobel. Vive en Madrid.
[68] A esta casa Neruda la denominó más tarde "la
casa de las flores". Véase "Explico algunas cosas",
en España en el corazón (Obras Completas, tomo
I, 3ª. Edición, Losada, Buenos Aires, 1967, págs. 275).
[69] Delia del Carril, segunda mujer de Pablo Neruda.
Actualmente vive en Chile.
[70] Se refiere a Adelina del Carril, mujer de Ricardo
Güiraldes, hermana de Delia.
[71] Se refier a Sara Tornú de rojas Paz (1896-1968).
[72] Se refiere a su traducción de los textos de William
Blake "visiones de los hijos de Albión" y "El
viajero mental", publicada en la revista Cruz y Raya,
n° 20, Madrid, noviembre de 1934.
[73] Residencia en la tierra (2 volúmenes). Ediciones
Cruz y Raya, Madrid, 1935.
[74] No se menciona el año. La fecha probable es 1935.
[75] Probablemente se refiere a El compañero en el
recuerdo, cuento de Eandi publicado en el diario La
Nación el 18 de marzo de 1934.
[76] Homenaje a Pablo Neruda, Editorial
Plutarco, Madrid, abril de 1935. Se trata de un fascículo
de homenaje brindado al poeta chileno por los poetas y escritores
españoles Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre,
Luis Cernuda, Gerardo Diego, León Felipe, Federico García
Lorca, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Miguel Hernández, José
A. Muñoz Rojas, Leopoldo y Juan Panero, Luis Rosales, Arturo
Serrano Plaja, Luis Felipe Vivanco.
[78] El poema suprimido en esa oportunidad es "Severidad",
publicado por primera vez en la tercera edición de Obras
Completas, en Poesía y prosa no incluidas en libro,
Buenos Aires, Losada, 1968.